Cuando emprendí como freelance, trabajar sola desde mi estudio me resultaba cómodo y fácil. Sin embargo, después de haber trabajado muchos años en equipos, sentía que me faltaba algo esencial. Decidí probar a trabajar en un coworking y la experiencia me encantó. Aquí comparto algunos de los beneficios que encontré:


Ventajas:

• Compartir con más gente que te entienda. He conocido personas fantásticas con las que compartir experiencias del día a día que te surgen o preocupan como autónomo.

• Clientes y proyectos. He conocido grandes clientes, y también proveedores con los que sigo colaborando a través del tiempo.

• Eventos y oportunidades de aprendizaje. En los coworkings suelen organizar desayunos, networkings, charlas que te pueden enriquecer.

• Reuniones presenciales con clientes. Si te sueles reunir con clientes de tu misma ciudad, puedes quedar con ellos allí y causar una buena imagen.
  
  Os cuento también desventajas que encontré, y cómo lidiar con ellas.
  
  

• Disminución de la concentración en ocasiones.

• Inversión económica. Valorar todo lo que te aporta, entonces habrá sido una buena inversión.
  
  

• Eventos y pérdida de foco: (Es crucial seleccionar bien a cuáles asistir para equilibrar el aprendizaje y la producción)
  
  

Profesiones a las que puede serles útil un coworking

Diseño y creatividad
Desarrollo web
Servicios online
Community management
Fotografía y vídeo
Etc.

En conclusión: Mi consejo 100% sería probar una época y después encontrar tu equilibrio, y decidir si seguir.

Para profesiones que requieren distintas parcelas de trabajo (como planificación en el ordenador, sesiones de fotografía, taller lettering, etc.), combinar días en el coworking con días de trabajo en casa/estudio puede ser una solución efectiva.